Las tablas astronómicas del siglo IX, pintadas en las paredes de una casa en un yacimiento de Guatemala, describen el ciclo de la Luna y los planetas mucho más allá de 2012
Un equipo de arqueólogos norteamericanos ha descubierto en el yacimiento de Xultún, una gran ciudad escondida en la selva de Petén, en Guatemala, el calendario maya más antiguo que se conoce. Estas tablas astronómicas del siglo IX, que anteceden en varios siglos a los famosos códices mayas escritos en papel de corteza, están pintadas en los muros intactos de lo que parece ser la vivienda de un escribano. Las paredes, adornadas con pinturas únicas -una de ellas representa una formación de hombres con uniformes negros-, están repletas de cientos de números garabateados. Los glifos son cálculos de ciclos: el ceremonial de 260 días, el solar de 365 días, el de 584 días del planeta Venus y el de 780 días de Marte. Las tablas, que intentan encontrar la armonía entre los eventos celestes y los rituales sagrados, se extienden unos 7.000 años en el futuro y son cíclicas, por lo que, según los investigadores, no proporcionan ninguna señal para pensar que el fin del mundo ocurrirá en diciembre de 2012, como la creencia popular se empeña en mantener. El sorprendente hallazgo aparece publicado en revista Science.
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