Científicos japoneses utilizaron células madre para que el pelaje volviera a surgir con fuerza en ratones lampiños, lo que puede suponer un importante avance contra distintos tipos de alopecia
Cuando un adulto pierde los folículos capilares y se queda calvo, ya no recupera el pelo perdido. La posibilidad de que vuelva a crecer una frondosa melena de forma natural es, prácticamente, un milagro. Quizás deje de serlo, con la ayuda de la bioingeniería. Un equipo de investigadores japoneses ha desarrollado una nueva técnica con células madre capaz de regenerar totalmente el pelo en ratones adultos. Los investigadores implantaron gérmenes de folículo piloso en cobayas de laboratorio completamente lampiñas y consiguieron que el pelaje y las vibrisas, los pelillos del bigote que utilizan muchos animales con un propósito sensorial, crecieran sanos y fuertes, como si siempre hubieran estado allí. Los científicos, que han publicado su trabajo en la revista científica Nature Communications, se preparan para realizar pruebas clínicas con seres humanos dentro de tres años para encontrar una «cura» a la alopecia y similares problemas capilares.
Los investigadores, dirigidos por Takashi Tsuji, profesor en la Universidad de la Ciencia en Tokio, reconstruyeron el pelo con células de piel embrionaria y células madre de vibrisa adulta respectivamente. Los folículos creados con bioingeniería desarrollaron las estructuras correctas y las conexiones adecuadas con los tejidos circundantes, como la piel, los músculos y las fibras nerviosas. Después, se desarrollaron con total normalidad, con las fases habituales de crecimiento, sin ninguna diferencia con el pelo natural. Los ratones desnudos recuperaron su pelo a mechones, como puede apreciarse en la fotografía.
Para los científicos, el estudio puede dar esperanza a los que han perdido su cabello por sufrir lesiones o distintos tipos de alopecia. Además, creen que supone un avance sustancial en el desarrollo de la próxima generación de terapias regenerativas para reemplazar órganos dañados por enfermedades, lesiones o el envejecimiento.
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