domingo, 1 de abril de 2012

Un pesticida común, culpable de matar a las abejas

Dos estudios en la revista Science señalan que un plaguicida utilizado en los cultivos puede explicar la desaparición de cientos de millones de estos insectos en todo el mundo

La desaparición masiva de cientos de millones de abejas en todo el mundo preocupa a los científicos desde hace años. El número de estos insectos ha disminuido de forma desmesurada, una crisis que llaman el problema del colapso de las colonias (CCD, por sus siglas en inglés) y cuyo origen todavía no ha sido resuelto. Ahora, dos investigaciones, un británica y otra francesa, publicadas en la revista Science, señalan que un pesticida ampliamente utilizado para proteger los cultivos puede ser el causante de esta trágica desaparición. Según los investigadores, el plaguicida desorienta a estos insectos hasta el punto de que son incapaces de regresar a su colmena, reduce el tamaño de las colonias y hace desaparecer a las reinas.
«Algunas especies de abejorros se han reducido enormemente. Por ejemplo, en Norteamérica, varias especies que solían ser comunes han desaparecido más o menos de todo el continente. En Reino Unido, tres se han extinguido», dice Dave Goulson, de la británica Universidad de Stirling. Los investigadores ya habían propuesto múltiples causas para dar una explicación al brutal descenso de abejas, incluidos los pesticidas, pero no estaba claro cómo producían el daño. Los dos nuevos estudios publicados en Science se fijan en los efectos de los insecticidas neonicotinoides, que fueron introducidos en los 90 y se han convertido en uno de los más utilizados en cultivos de todo el mundo. Estos compuestos actúan sobre el sistema nervioso central del insecto.
En el estudio de Stirling, el equipo expuso colonias de abejorro común Bombus terrestris a niveles bajos de un neonicotinoide llamado imidacloprid. Las dosis fueron comparables a las que las abejas reciben con frecuencia en la naturaleza. Después, los investigadores colocaron las colonias en un lugar cerrado donde los ejemplares podían buscar comida en condiciones naturales durante seis semanas. Al principio y al final del experimento, los investigadores pesaron cada uno de los nidos de abejorro -que incluía a los insectos, la cera, la miel, las larvas y el polen- para determinar cuánto había crecido la colonia.
Comparadas con las colonias de control que no habían sido expuestas al pesticida, las colonias tratadas ganaron menos peso, lo que sugiere que había entrado menos comida. Las colonias tratadas eran de un 8 a un 12% más pequeñas que las de control al final del experimento y el porcentaje de producción de reinas se redujo en un 85%. Este último hallazgo es particularmente importante porque significa que habrá muchos menos nidos el próximo año.

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