Buscar en el polvo de las estrellas las huellas que han hecho posible la vida en la Tierra. Explorar territorios más allá de la galaxia en busca del misterioso origen de elementos como el carbono y utilizarlos como una nueva guía alternativa para buscar planetas similares al nuestro. Este es el ambicioso objetivo del astrónomo noruego Martin Asplund, hasta ahora director del Instituto Max Planck de Alemania, en Múnich.
Invitado por la Fundación BBVA, Asplund pasa por España para ofrecer una conferencia sobre "El origen cósmico de los elementos": el misterioso oro, que podría proceder de una colisión entre agujeros negros o estrellas de neutrones; el litio (que se utiliza en las baterías) que sorprendentemente no se encuentra en grandes cantidades tras el Big Bang; o el carbono y el oxígeno, fundamentales para la biología terrestre.
El origen de los elementos
El astrónomo Martin Asplund
Su equipo ha descubierto que cada estrella es diferente. Las hay pequeñas, como el Sol, pero que viven mucho tiempo porque su núcleo se quema lentamente; son las que producen carbono. Otras más masivas generan nitrógeno, las supernovas poraucen oxígeno y las supernovas binarias producen hierro. Esos materiales se reciclan continuamente en el Universo. Son estrellas que viven miles de millones de años, mueren (lentamente o explotando) y el material interestelar que se genera acaba formando otra estrella, pero con más elementos, y como consecuencia los planetas.
Este hallazgo, asegura, permitirá observar "la firma de los elementos químicos" en planetas muy alejados del Sistema Solar, mediante la captación de espectros de onda diferentes para cada uno de los elementos. "Será una revolución. En una década podremos ver la huella de la vida a cientos de años luz de la Tierra", explica Asplund.
La química de los exoplanetas
Hay que recordar que en los últimos 15 años, desde que Michel Mayor descubriera el primero, se han detectado más de 500 planetas orbitando estrellas, y la mayoría son gigantes gaseosos, muy próximos a sus astros. Hasta los trabajos del equipo de Asplund, no se habían visto diferencias químicas entre estas estrellas, que para el astrónomo tienen la clave: "Pensamos que si unas tienen planetas y otras no se debe a esas pequeñas diferencias químicas, que permiten formar partículas sólidas de polvo y, por tanto, planetas rocosos".El astrónomo noruego, que buscará estos espectros en el futuro satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea (en órbita para 2013), está convencido de que en el Cosmos puede haber millones de planetas "como el nuestro", con rocas, oxígeno y agua. "Pero -puntualiza- aunque haya condiciones para la vida es difícil que la haya porque, realmente, no comprendemos el desarrollo de la vida. Si estoy seguro de que habrá planetas casi idénticos a la Tierra, pero en una fase anterior de desarrollo".
Asplund considera que para estos objetivos telescopios como ALMA, que acaba de iniciar sus operaciones en Chile, son fundamentales "porque observará en un espectro que ahora no se conoce y podrá buscar regiones de formación de esrellas". Sin embargo, tan importante como observar desde Tierra considera que es hacerlo desde el espacio. "El futuro Telescopio James Webb será fundalmental", asegura.
Observar zonas habitables
"Hasta ahora -añade- hemos descubierto planetas, pero ahora hay que descubrir su composición y para ello tenemos que ver sus espectros químicos, asi que estoy seguro de que, si se apoyan infraestructuras como éstas, en una década habremos localizados 'tierras' en zonas habitables".Con la maleta hecha, Asplund marcha para Australia con tres proyectos para los próximos cinco años: averiguar por qué no se detecta mucho litio en los primeros momentos tras la Gran Explosión; comprender la historia de la Vía Láctea comparando la química de las estrellas; y encontrar la 'huella' de planetas como el nuestro en torno a lejanas estrellas.
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